jueves, 14 de junio de 2018

Mi homenaje: "Chivitos" de la Bisa Amparo

No todo el mundo tiene la misma suerte que yo. No todo el mundo puede presumir de haber tenido dos madres.
Yo si puedo.
Si tuviese que buscar en mi memoria el primer recuerdo tuyo no podría ubicarlo. Todavía puedo verte sentada en tu galería frente a tu máquina de coser, cómo con tu magia doblabas las telas en mil, una sobre otra para cortarlas. Yo tenía la idea, cogías tu cuaderno y la dibujabas, tomabas tus notas, doblabas la cinta métrica en trozos, marcabas con el jaboncillo, cortabas, et voila de tus manos salía un vestido diseño exclusivo para nochevieja. Me río yo de los diseñadores de hoy en día. No sólo diseñabas, también reciclabas los vestidos, y yo podía lucirlos varias veces sin que pareciese el mismo.
Recuerdo, bendita inocencia, cuando intentábamos engañarte y tú nos frotabas la cabeza con la mano y luego la olías, era tu manera de sacarnos la verdad y nosotros creíamos a pies juntillas que al olernos la cabeza sabías si mentíamos. ¿Sabes que eso funciona con Irene?
Recuerdo veranos eternos en El Mato, jugando en la calle de sol a sol. Sin más preocupación que esa, jugar. La bisabuela estaba también con nosotros en ese tiempo maravilloso.
Recuerdo coger el Villalón para irme a Orense los fines de semana de viernes a domingo a jugar, siempre jugar, entonces no había otra preocupación.
El tiempo nos hizo crecer, mis ulitmos años de estudiante antes de independizarme (con sólo 21) los pase en tu casa. Bajo tu atento cuidado y el del abuelo. La vida me llevo lejos, pero esa lejanía no fue suficiente para separar sentimientos, cariños, confidencias. ¿Qué tenías abuela que todo sabías y nada contabas?
Mi mejor recuerdo en los últimos tiempos está ligado sin duda alguna a Irene. La Navidad que ella nació nos juntamos todos en casa, con la alegría de su llegada. Con 88 años viniste a Madrid, en un viaje memorable con mi hermano. Todavía puedo verte entrando emocionada en la habitación del hospital dispuesta a conocer a tu bisnieta. Recordar a mi niña entrando en tu casa corriendo como una loca a darte un beso y un achuchón es algo que se queda guardado en mi corazón para siempre.
En estos días nos tocó despedirnos de ti y no es fácil. Nunca es fácil despedirse, pero cuando es para siempre se vuelve casi imposible. Todavía no puedo creer que esto haya pasado y que tu ya no estés aquí.
Estoy segura de que tu y mamá sois las culpables de mi afición por la cocina. En pleno verano hacías churros para mis primas italianas, ya que allí no los hay y a ellas le encantan. Qué decir de tus famosas costillas con patatas, tus calamares guisados… Tenías paciencia incluso para hacer patatas fritas de churrería en casa, y mientras tú freías nosotros las robábamos ¡qué tiempos! Pero si hay algo que bordabas era la tortilla de patata (y yo me sé tu pequeño secreto sobre ella). Tambien sé que esta forma de cocinar que tengo de hacer las recetas “a ojo” lo aprendí de ti, las medidas y los tiempos no es algo que vaya mucho conmigo.
De todas estas recetas hay una que hiciste tantas veces que estará ligada a nuestra infancia para siempre (estoy segura de que Oscar piensa como yo). Un postre humilde y sencillo y que sin embargo hacía que nos lanzásemos a la bandeja como locos cuando los domingos te ponías a hacerlos, de donde salió la idea de llamarlos “chivitos” ni lo recuerdo. Cuántos domingos los tomamos de postre queda en mi memoria para siempre.  Quiero que este sea mi homenaje, lleno de cariño hacia ti.
Sólo puedo darte las gracias por tu tiempo y por todo lo que me enseñaste. Mis obligaciones impidieron que pudiese estar a tu lado en tus últimos momentos, y créeme aunque no estaba físicamente mi cabeza y mi corazón estaban contigo.
Sabes que NUNCA TE OLVIDAREMOS.
“CHIVITOS” DE LA BISA AMPARO

Ingredientes:
Un huevo
Una cucharada de Maicena
Dos cucharadas de harina de arroz
Pizca de azúcar
Un chorrito de leche
Pizca de levadura química
Aceite de girasol
Preparacion:
Batimos el huevo y sobre él añadimos la cucharada de Maicena, las dos cucharadas de harina de arroz y la levadura química. Ponemos el azucar a nuestro gusto y removemos todo hasta que quede una pasta ligera. Añadimos un chorrito de leche para aclarar (esto es a ojo la masa debe quedar ligera pero no suelta). Podéis ponerle alguna esencia si os apetece (el anís le va bien pero a mi no me gusta la repostería con anís).
Ponemos una sartén con aceite  a fuego intenso pero no excesivo. Vamos dejando caer cucharadas de la masa sobre el aceite, dejamos que se hagan por ambos lados y escurrimos en papel absorbente. Los rebozamos con azúcar (asi los hacia la bisa). Hoy en día tenemos posibilidades más modernas, como por ejemplo el sirope de chocolate, aunque os digo que a mi peque como más le gustan es rebozados en azúcar.
Aquí os dejo un foto de las dos versiones con chocolate o sin chocolate. La decoración puede ser tan variada y extensa como os permita vuestra imaginación.
Collage

Comments
6 Responses to “Mi homenaje: “chivitos” de la bisa Amparo”
  1. No se me ocurre mejor homenaje que este, me he emocionado mucho al leerlo, tus palabras son preciosas. Un abrazo muy fuerte, y ánimo, es un sentimiento precioso recordarla así 🙂
  2. Fernando dice:
    Qué precioso homenaje preñado de amor y tantos sentimientos como un corazón noble puede derramar. Felicidades a la bisa que tanto cariño fue capaz de inculcaros y felicidades a ti por expresar con tanta riqueza literaria y ternura todo lo que sientes hacia ella, que hoy no cabrá de gozo al leer con los ojos del alma lo que ya sabía de su nieta tan querida y cercana en todo momento y en la que nunca creció el hollín de la distancia. Todo lo contrario. Nos ha emocionado tu mensaje in memoriam. Y también prometemos cocinar los “chivitos” aunque no nos saldrán tan ricos.
    Ánimo y mucha fuerza, la bisa os quiere alegres.
    Besiños.
    • Mi menú sin gluten dice:
      Muchas gracias Fernando. La bisa estará siempre en nuestras vidas, en pequeñas cosas como estos chivitos, o el truquiño para la tortilla de patatas. 
      Besiños.
  3. glutoniana dice:
    Esas personas que formaron parte de nuestra vida y nos marcaron tanto nunca se olvidan 🙂
    Un abrazo.
    • Mi menú sin gluten dice:
      Pues si, nunca la olvidaré. Ella estuvo en muchos momentos de mi vida muy importantes. Tuve la suerte de tenerla 43 años y de que mi hija la conociera y crease lazos con su bisa. 
      Besiños.

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